¡QUÉ ESQUELETOS MÁS VIVOS!

 

En una vieja casa con la fachada pintada  negra como el carbón vivían dos hermanos esqueletos.

¿A qué no sabéis lo que a ellos les gustaba hacer?, pues lo que más les gusta a los muertos asustar a los vivos y esta historia aunque no os la creáis es cierta.

Y esto empieza así justo cuando un niño llamado Juan estaba yendo al cole y al cruzar la calle se encontró con los dos hermanos esqueléticos  y ni se inmutó, vamos que no le dieron ni pizca de miedo.

Al día siguiente Juan se enteró de que los esqueletos vivían en la casa negra y fue a hablar con ellos porque quería ser su amigo y los esqueletos le dijeron que si. Entonces ellos al ser amigos jugaban a todo tipo de juegos como: El fútbol, baloncesto, tenis, pilla-pilla, al escondite…

Después de unos meses fue el cumpleaños de Juan y se le ocurrió que podía invitar a los esqueletos. Los dos hermanos como era la primera vez que eran invitados a una fiesta de cumpleaños no sabían lo que le iban a llevar de regalo y después de unas dos horas se les ocurrió que un coche teledirigido. El día del cumpleaños los esqueletos  y Juan se lo pasaron pipa jugando. Tan bien se lo pasaban que Juan quiso convertirse en esqueleto para jugar con ellos para la eternidad .Los esqueletos le dijeron que era muy fácil que sólo tenía que beber un poco de veneno, morirse y entonces ya sería uno de ellos. Juan así  lo hizo y se convirtió en un fantasma esquelético y colorín fantasmao este cuento esquelético se ha acabao.

 

                                             FIN